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PSICOLOGÍA GENERAL SISTÉMICA

Un enfoque para abordar las dificultades basado en la historia personal, las relaciones y las estrategias que usamos para manejarnos.
Algunas de las dificultades que podemos trabajar en terapia son:
Individuales:

Rumbo vital, autocuidado, trabajo, familia, asertividad, comunicación, entender el mundo que me rodea…

En adolescencia

Grupo de iguales, pareja, imagen corporal, estudios, orientación profesional, relación con tus padres..

En pareja

Distintos ritmos y necesidades, discusiones, comunicación, proyecto vital e intereses comunes…

Como padres

Etapa perinatal, buscar una familia, educación y crianza, mantener buena relación con hijos que crecen…

Edad madura:

Nido vacío, jubilación, cuidado de los mayores, hijos y nietos, enfermedad, duelo y perdidas…

Los síntomas (ansiedad, depresión, confusión, desesperanza, etc…) que estás padeciendo ahora son muy importantes para mí, y vamos a escucharlos para ayudarte. Pero quiero ir más allá, porque un mismo síntoma nunca funciona igual para todas las personas: aparece y, lo más importante, desaparece de manera diferente para cada uno en función de las cosas que estén pasando en su día a día.

Cuando fracasamos de manera repetida en las tareas y retos que nos plantea la vida es cuando los síntomas aparecen. En terapia revisaremos qué estrategias estás poniendo en juego para cubrir tus necesidades. Ensayaremos cambios que te ayudarán a conseguir tus objetivos, mientras los coordinas y compatibilizas con los de las personas que amas.
AL CUIDADO DE LA SALUD MENTAL​
En centro Avanzas te ayudamos a abordar las dificultades y el sufrimiento psicológico pasado y presente para que puedas volver a conectar con la persona que quieres ser.

¿Quieres saber más de cómo funciona?

La información que necesito para ayudarte proviene de 3 pilares fundamentales: tu historia, tus relaciones y el problema actual que te preocupa y te trae a terapia. En función de su complejidad dedicaremos 1-2 sesiones a recabar toda esta información, desde la que podré entender cómo es tu vida y hacia dónde deseas dirigirte.

Pasado este momento inicial, en el que asentaremos nuestra relación y podrás comprobar si ofrezco lo que buscas, comenzaremos a trabajar sobre objetivos y un seguimiento de tus avances y día a día.

Son de duración variable en función de cada persona y momento, pero el tiempo promedio para tu sesión es de 60 minutos. Me aseguro de programar las sesiones con la separación suficiente para poder atenderte durante un tiempo extra en caso de necesidad y no quedarnos nunca en medio de algo importante. Esto me proporciona además la frescura suficiente para estar presente contigo siempre al 100%.

Mi recomendación es acudir, sobre todo al inicio, con una frecuencia semanal. Poder conocernos y coordinar nuestros estilos va a depender del tiempo que pasemos juntos. Eso asegurará una terapia de alcance en un proceso individualizado, comprometido contigo y tu realidad y no un surtido de pautas generalistas.

A medida que empieces a introducir cambios en tu vida, podremos espaciar las sesiones, y mi presencia ya no te será tan necesaria. Independientemente de mis recomendaciones, el ritmo de la terapia siempre lo marcas tú, y estoy listo para ajustarme a cualquier tipo de circunstancias.

Nunca me cansaré de recordar este punto porque es fundamental. Además del código deontológico al que se debe todo profesional colegiado, creo firmemente en una alianza terapéutica basada en el respeto mutuo y la confianza: todo lo que se hable en sesión quedará protegido por este compromiso y los límites que me establezcas, algo que cuido muy especialmente cuando atiendo a varios miembros de una misma familia.

Todo dependerá de la naturaleza de tus dificultades y la capacidad de identificar y movilizar recursos disponibles a tu alrededor. Normalmente el sufrimiento psicológico no es fruto de un solo día. Tendremos que afrontar dinámicas interpersonales e intrapersonales que llevan tiempo funcionando y presentan resistencias, y desde ahí, desarrollar nuevas maneras de actuar, lo que siempre lleva tiempo. 

Después de la sesión inicial podremos hablar de todo esto y referido a tu caso individual, sabiendo que el ritmo y la profundidad la marcas tú en todo momento. Es frecuente que mis consultantes pongan en pausa su terapia cuando han alcanzado objetivos que les permiten vivir razonablemente mejor y regresen cuando consideran que vuelven a necesitarme.

La terapia online ha llegado para quedarse. Permite comunicarnos más allá de las barreras geográficas y ajustarme a muchos tipos de necesidades y realidades, proporcionando un extra de confidencialidad, seguridad y comodidad organizativa. 

Tal y como sucede en las sesiones presenciales, si tienes bebés a tu cuidado siempre serán bienvenidos.

Necesitarás disponer de un lugar cómodo y tranquilo, donde puedas expresarte libremente y estés libre de interrupciones. Recomiendo la mejor conexión a Internet de la que puedas hacer uso, para garantizar la fluidez de la conversación, así como un plano amplio y bien iluminado para que ambos podamos percibir la información no verbal que es tan importante en estos procesos.

En función de tus necesidades, también es posible acordar un proceso mixto, en el que combinemos sesiones presenciales y online indistintamente.

Podrás pagar cada sesión al término de la misma en efectivo, con tarjeta, Bizum o transferencia.