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Fisioterapia Uroginecológica: ¿Solo incontinencia urinaria?

Explicar qué es la Fisioterapia Uroginecológica no es una respuesta que se pueda resumir con coherencia en un solo párrafo.

Este campo es relativamente reciente para la medicina, ya que hace menos de 100 años que el Dr. Arnold Kegel descubrió los famosos “ejercicios de Kegel”.

El señor Kegel fue un ginecólogo estadounidense que observó que la musculatura de suelo pélvico podía trabajarse como el resto de los músculos estriados del cuerpo humano.

Observó los efectos de los ejercicios en miles de mujeres y después de 18 años de investigación publicó en 1942 “A nonsurgical method of increasing the tone o sphincters and their supporting structures”: un método no quirúrgico para incrementar el tono de los esfínteres y sus estructuras de sujección.

Esto fue una revolución para el mundo científico, y mejoró la calidad de vida de muchas mujeres.

Desde entonces se han realizado muchos estudios que confirman que los ejercicios de Kegel ofrecen beneficios en cuanto a la ganancia de fuerza muscular y presentan el mayor nivel de evidencia disponible en la recuperación del suelo pélvico.

De hecho en 2018 la Guía Europea de Práctica Clínica en Urología expone que los ejercicios supervisados de suelo pélvico tienen el nivel más alto de evidencia científica. Es decir, que anima no sólo a practicar estos ejercicios, si no a acudir a la figura del Fisioterapeuta experto en suelo pélvico para ponerlos en práctica.

¿Pero sólo hacemos kegel?

NO, ACTUALMENTE NO SÓLO NOS DEDICAMOS A LA INCONTINENCIA.

El campo de la Fisioterapia Uroginecológica va transformándose cuando las propias mujeres han identificando sintomatología que NO ES NORMAL y que se han cansado de callar. Han buscado respuesta y revolucionado al sistema médico.

Es posible que la revolución femenina comenzara cuando muchas mujeres manifestaron su deseo de tener un parto respetado, íntimo y menos intervencionista. Los hospitales, los criterios médicos han tenido que ir adaptándose a lo que muchas mujeres pidieron a gritos en su estancia hospitalaria o por escrito presentando sus planes de parto.

La forma de vivir el parto no quedaba ahí, los cuidados debían extenderse al periodo postparto, donde la desinformación o la normalización de dolores, disfunciones o patologías era frecuente.

La Fisioterapia quiso dar respuesta a esas necesidades, desde los recursos que ya tenía, como el conocimiento de la anatomía, las técnicas no quirúrgicas para mejorar los tejidos y estructuras, las herramientas de tratamiento como la electroestimulación, el biofeedback, la terapia manual, etc.

Y empezó a dar respuesta a aquellas mujeres interesadas en mejorar su calidad de vida, más allá de la incontinencia urinaria.

Y así empezaron a visibilizarse otras disfunciones, como por ejemplo los prolapsos, el dolor pélvico crónico, el dolor en las relaciones o dispareunia, la sintomatología tras infecciones de repetición tanto urinarias como vaginales, la sequedad vaginal, la dificultad de excitación en las relaciones sexuales y la anorgasmia, la diástasis de los rectos abdominales, la sintomatología de la menopausia, las disfunciones digestivas o los dolores de espalda por falta de fuerza en la faja abdominal.

¿A que te suena todo esto? ¿A que no te resulta algo desconocido de lo que nunca hubieras oído hablar?

Parece que poco a poco, se va hablando más de estas disfunciones, que aunque partan de una zona íntima, son de interés social. Por eso hay que compartirlo, hay que hablarlo, PORQUE NO ESTÁS SOLA, NO ES NORMAL y TE PODEMOS AYUDAR.